sábado, 7 de julio de 2007

Poemas I

Tan infinita como
Es sobre la tierra
Esta infinita soledad
Del hombre
Tan sólo se remedia
Con la propia
Soledad.
Con el amor
Se torna irremediable.

Jaime Sáenz (Epitafio)



Libro de Poemas de Samuel Vargas Eguibar


DOS VECES

( a Jaime Sáenz - Preludio)


Su pluma
De vuelo fugaz
El cristal
Su prisión
Sagrada


Nube nívea
Gaviota de albor
Pongo
Mi mano
En su mano
Todo mi fervor
Dos veces
Su vida
Dos veces
Su dolor.
Hay que haber
Sufrido mucho
Para querer
Morir dos veces
Una por la vida
Otra por la muerte.

-----o-----



APARAPITA
(EL CARGADOR)

Muerdo
La soga
Muerdo
Mis sueños
El peso
Abominable
Me quiere
Dominar
Cuán cansado
Estoy.
El sudor
Cubre
Mi rostro
Sal y
Sangre.
Mastico
La coca
Mastico
Mi pan.
Pienso
Exijo
Dudo



Mis hijos
Donde
Estarán.
Levanto
La mirada
A lo alto
Digo
Maldigo
Hay un cielo
Para Dios y
Una tierra
Para el hombre.

-----o-----

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde hace mucho tiempo que siento en "El aparapita" la fuerza de las palabras para expresar la empatía, el respeto y la admiración por aquellos hombres que sin consideración a si mismos llevan sobre ellos la carga que otros ni siquiera tocan con un dedo. Admirable leer en ese poema que aún hay ojos que ven y oidos que oyen.
La intrincada figura de Jaime Saenz ha de ser fuente de inspiración todavía por algunas generaciones, al menos hasta que la ciudad en la cual Saenz creó más de un laberinto literario se transforme en el nido idílico en el cual Saenz nunca hubiese llegado a ser Saenz.